Opiniones de taberna:

  

A opinión de... 

Txema Ereaga

"Camisetas Tirita"

- Hubo un tiempo en el que comprar una camiseta del Celta era comprar una elástica para toda la vida. Me refiero a los años noventa, en los que la celeste portaba Umbro y Citroën cada temporada. 

Digamos que la maldición de la "Camiseta Tirita" nace con la llegada de la marca Li-Ning. Esta compañía no falló siempre, pero ahí es cuando las pegatinas empezaron a caerse o desintegrarse. Viviendo fuera no anhelas otra cosa que no sea lucir tus colores con orgullo, y con las nuevas equipaciones parecíamos soldados recién llegados del conflicto bélico. 

Números caídos, nombres rasgados, escudos defectuosos, publicidades que se pelan... En fin, todo era un desastre. El celtismo recibió orgulloso el regreso de Adidas, pero es cierto que la compañía alemana cometió errores parecidos. 

Muchos emblemas o logos que lucían las camisetas Adidas empezaron a desgastarse con el paso de los años o con el número de veces que nos calzábamos la elástica. Adidas tuvo buenos diseños, pero también se utilizó el "copia-pega" entre clubes, algo realmente frustrante. 

Recientemente dimos la bienvenida a Hummel, La marca con sede en Århus (Dinamarca), siempre presumió de equipaciones de alta calidad y algunas tan míticas con la de aquella selección danesa que conquistó la Euro en 1992. 

Muchos clubes contaron con los maravillosos diseños lanzados por Hummel, algo que iría cambiando con la llegada del nuevo milenio. Son muchos los aficionados que mostraron su descontento con la firma germana. 

Los daños son similares a los de Li-Ning o Adidas, con esas "pegatinas" que se van cayendo con la fuerza de los lavados. Con el R.C. Celta de Vigo fueron más allá. En plena presentación, la elástica celeste ya demostraba que el escudo iba cayendo. ¿Qué costaba bordar nuestro apreciado emblema?. 

También nos han llegado imágenes de ilusos celtistas que otrora vieron una Hummel deseosa y elegante. Estos fieles celtistas recibieron un pedido decepcionante, con letras despegadas o desaparecidas en medio de aquel brillo celeste. 

Muchos esperamos un cambio de rumbo, que Hummel sea aquella admirada marca de otra época en la que comprar una camiseta no era una pesadilla, sino una ilusión, ilusión por disfrutar de nuestros colores por la calle, en la playa, en el monte... en nuestro respetado Balaídos. 

¡Queremos una Hummel sin tiritas!.